lunes, 22 de abril de 2013

Un «sí», para siempre



Todos sufrimos alguna vez el acoso de una compañía de teléfono. Recibimos llamadas a horas intempestivas desde el otro lado del atlántico. Y pensamos: ¡Qué pesados!, ¡Otra vez lo mismo!, ¡Ya os dije que no me interesaba!

Recientemente algunas compañías nos han sorprendido con un tipo de anuncio que intenta captar la atención. Algunos reflejan valores propios de una pareja o ensalzan la maternidad.

¡Ya sé que lo que quieren es vender!, pero agradezco que por lo menos destaquen aspectos positivos de la persona.

De todos modos, me gustaría sugerirles una idea. Podrían reflejar el cariño de una madre por su hijo enfermo. O cómo una persona con discapacidad es capaz de sacar de la gente de su entorno lo mejor que llevan dentro. Las personas con discapacidad tienen algunas cualidades mucho más desarrolladas que la media.

Y es que la discapacidad no es más ni menos que un adjetivo de la persona. Igual que en uno de los vídeos aparece la abultada barriga del marido.

Ya hablé, hace poco de Mejor… imposible, y de aquello que dice Jack Nicholson a la protagonista... Esto me ayuda a reflexionar sobre cómo las personas con alguna discapacidad ayudan a otras a ser mejor personas. Señores del anuncio: Tomen nota.

Aparentemente la discapacidad puede parecer una cosa poco comercial, pero es indudable que todo el mundo se encuentra en un momento u otro con el dolor, en alguna de sus manifestaciones.

Estos vídeos piden fidelidad a los clientes hacia la marca para que no se vayan a la competencia. Este “sí, para siempre” alcanza su valor máximo cuando hablamos de un niño con discapacidad.

miércoles, 17 de abril de 2013

A propósito de unas conversaciones... sobre Dios


Para poder desplazarme con mi silla de ruedas en trayectos largos, habitualmente viene a buscarme un taxi adaptado.

No deja de sorprenderme lo directas que suelen ser nuestras conversaciones. Es fácil imaginarse que el taxista no me va a preguntar por el deporte que practico, ni tan siquiera por el último partido de fútbol que he jugado.

Precisamente el motivo de este vídeo, es uno de los temas que con más frecuencia solemos hablar, ya que el sentido del sufrimiento humano, que ellos ven a diario en sus clientes, no les deja indiferentes.

En alguna ocasión nada más subirme al coche, y después de preguntarme con cierto entusiasmo cómo estoy, acostumbro a prolongar mi respuesta, como si no les hubiera oído, y con el ánimo de introducir la conversación hacia temas de cierto calaje, les pregunto:
¿Realmente crees que después de esta vida hay otra?…
Y sigo la conversación:
Respecto a tu pregunta te voy a ser franco: si un día como hoy me quitaras la fe que me transmitieron mis padres, te pediría que me llevaras a la estación más próxima de metro, porque me tiraría con gusto cuando el tren pasara”.
Tengo muy claro que una cosa es identificarse con una película y otra ser el protagonista principal; en este sentido ser enfermo de esclerosis, me ha ayudado a darme cuenta que mi enfermedad, no ha sido cuestión de mala suerte, sino una ocasión para descubrir la necesidad de cimentar mi vida sobre unos pilares bien sólidos.

He encontrado en las verdades que el Credo profesa y que este vídeo recoge de forma tan dinámica, un asidero firme donde cogerme en los momentos en que mi enfermedad arrecia.

En cualquier caso el dolor es el mismo, pero la forma de llevarlo es totalmente diferente.

Creer en Dios significa implicarse, puede costar desde luego, pero es posible, porque vamos con Él.

viernes, 12 de abril de 2013

Se premia la alegría por vivir en el dolor :)

Hace una semana se lanzó la 6ª edición de los Premios Romper Barreras. Este galardón tiene como objeto destacar la mejora de la calidad de vida de la persona con discapacidad, mediante el uso de la tecnología.

Toshiba y BJ Adaptaciones quieren premiar y fomentar este aspecto a través de los Premios Romper Barreras.
Los protagonistas principales de este galardón son las personas con discapacidad que nos enseñan y nos dan una auténtica lección sobre el espíritu de lucha y superación para afrontar sus limitaciones.

Óscar, después de leer El invitado imprevisto, realizó este breve vídeo resaltando algunos mensajes que le habían impactado.

En pocos segundos ha sido capaz de resumir lo que El invitado imprevisto y los premios le han transmitido: "cómo es posible vivir con el dolor y no perder la alegría".

martes, 9 de abril de 2013

Porque haces que cada día sea mejor persona...


Un año antes del accidente de tráfico de Luis de Moya, en el que quedó tetrapléjico, yo empecé a notar los primeros síntomas de mi esclerosis múltiple.

Entonces me fui a Valladolid a realizar el servicio militar, cuando en España todavía era obligatorio. Esto lo hice recién terminado el primer curso de arquitectura técnica, con el fin de poderme subir a los andamios cuanto antes, que era mi sueño profesional.

Hoy, 9 de abril de 2013, cumplo cuarenta y cinco años, es decir, he pasado la  mitad de mi vida enfermo de esclerosis.

Todo este tiempo me ha servido para descubrir el sentido de mi enfermedad. He de reconocer que resulta más o menos airoso acompañar en el sentimiento a una persona en un funeral, pero cuando se trata de alguien al que le acaban de diagnosticar una dolencia incurable, no es tan sencillo.

Coincido con Luis que la eutanasia no es una solución. Hace poco un amigo mío, profesor de antropología en la universidad, facultad de medicina, me pidió si podía ir un día a su clase para explicar a sus alumnos mi trayectoria como enfermo.

Ese mismo día y después de explicarles brevemente cómo había podido vivir todo este tiempo sin perder el optimismo. Después de una breve introducción hubo un turno de preguntas. Entonces una alumna me hizo una pregunta que dejó helados a todos sus compañeros y que me ha recordado al artículo de Luis: ¿has pensado alguna vez en suicidarte?...

Con el fin de mantener la expectación que la pregunta había despertado, guardé unos instantes de silencio y añadí: si te refieres a esta mañana te diré que lo he hecho varias veces, ya que la noche ha sido un infierno… volví a dejar una pausa y le expliqué que en aquel momento pensé en lo que mis padres me habían dicho de pequeño:
“lo realmente importante en la vida es conseguir el cielo, ya que todo esto de aquí abajo son dos días y lo otro es para siempre”.
He descubierto que el dolor en todo este tiempo ha sido como un  despertador, que me ha recordado precisamente esto que mis padres decían.

Cuando en alguna ocasión un amigo me pregunta cuál ha sido el dolor más fuerte que he tenido desde que estoy enfermo, le respondo que sin lugar a dudas, la dependencia. Luego le aclaro que he perdido el control de mi mano izquierda y que la derecha sigue el mismo camino, por lo que cada vez necesito más ayuda de otras personas.

Luis de Moya, cuando en su artículo habla sobre sus años como enfermo, me ha recordado la película Mejor... imposible, en la que Jack Nicholson le dice a Helen Hunt:
“haces que cada día quiera ser mejor persona, eres la única persona que sabes sacar de mí lo mejor que llevo dentro”.
En este sentido haber conocido a Dios es el móvil capaz de conseguir el objetivo.

jueves, 4 de abril de 2013

Un magnífico “Director de orquesta”

Riccardo Muti, premio Príncipe de Asturias en el año 2011, es un director de orquesta italiano, conocido por haber dirigido el teatro de la ópera La Scala de Milán, desde 1986 hasta 2005.

Con motivo de su nombramiento como “Músico del año” de América Musical, dirige unas palabras al público y reflexiona delante de él:
“un fantástico violinista ejecuta el violín, produce el sonido, el compositor escribe la música, un maravilloso pianista ejecuta el teclado…entonces estaba pensando: ¿qué es lo que hago yo realmente? Con lo cual, comencé a sentirme deprimido porque malgasté toda mi vida dirigiendo con las manos, pero me vino a la mente una frase de mi profesor y maestro Antonino Votto: ‘¿por qué te preocupas si no tienes que tocar?, simplemente haz un movimiento con las manos que algo sucederá”.
Y acaba diciendo:
“Yo creo que estoy en la mitad del camino, porque detrás de las notas habita el infinito –que significa Dios– y nosotros somos demasiado pequeños frente a Él”.
Recientemente ha sido la elección del Papa Francisco y me gusta comparar su misión en la Iglesia, con la de un director de orquesta.

Riccardo Muti explica en qué consiste el arte de dirigir, acabando con la idea de que Dios es quien al final dirige de verdad.

Personalmente y cuando la enfermedad arrecia, me ayuda saber que cuento en todo momento con un magnífico “Director de orquesta”: Dios.

Os dejo el vídeo del discurso, que vale mucho la pena: