viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Cómo se puede ayudar a otros desde la propia necesidad?



Una de las preguntas que trata El invitado imprevisto ha dado título a este artículo.

Realmente es llamativo que a través de una simple enfermedad, además de sobrellevarla, se pueda ayudar a otras personas. Algo así he podido comprobar con el libro.

Con frecuencia, las personas que vienen a verme me comentan sus inquietudes o metas. Entonces les digo que tengo un documento extenso donde anoto todas las intenciones por las que debo rezar. Acto seguido les pido que me digan, por favor, lo que desean añadir a este documento.

Como normalmente no salen de su asombro, les explico que El invitado imprevisto se ha editado en chino y que realmente me parece igual de difícil aprender chino, que aprender a confiar en Dios cuando aparece cualquier problema en nuestras vidas.

Me doy cuenta de que a la gente, creyente o no, le gusta saber que me he acordado de ella cuando paso por un momento difícil de mi enfermedad. Resulta que algo tan simple me es de mucha ayuda cuando se presentan las molestias.

O sea que además de pensar en los demás, consigo no dar vueltas a mi enfermedad cuando arrecian los dolores.

Veo que la forma de ayudar a otras personas lo consigo, no pensando continuamente en mis cosas, sino poniéndome en su lugar, escuchándolas y acogiéndolas. ¡La intriga está resuelta!

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