sábado, 16 de diciembre de 2017

¡Navidad, Navidad, dulce Navidad!


Un año más nos acercamos a estas fechas tan entrañables.

Me consta que en la mayoría de casos nos acordamos del nacimiento del Niño Jesús, pero a veces nos olvidamos de la importancia que tiene.

Desde luego los regalos y las comidas tendrán su rango, pero ya se ve que no es este el motivo principal de la Navidad.

Os propongo que por un momento hagamos un esfuerzo de imaginación, aunque esto no va a ser fácil, fijaos qué cosa más curiosa: un Dios que nace en una cueva y muere en una cruz.

Claramente detrás de esto se esconde algo grande… A nosotros sólo nos falta descubrir de qué se trata.

Este esfuerzo de imaginación me temo que pasa por los sacramentos, como la Santa Misa…

A las personas que me preguntan por este aspecto, sólo me atrevo a decirles que en todos estos años de enfermedad, nunca me he separado de algo así y, qué quieres que te diga, el resultado ha sido muy bueno, estoy contento a pesar del dolor.

Os invito a que todos juntos contemplemos a ese Niño que nació en el portal de Belén y que espera nuestra visita.

Os deseo a todos unas felices y santas Navidades.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Un trabajo aparentemente inútil

La perseverancia del burrito permite regar todo el campo.
Esta mañana ha ocurrido algo muy particular, ha venido a mi casa Jordi al que conocí hace años. Él me explica que para la asignatura Fotoperiodismo quiere preparar un artículo y hemos hablado de lo siguiente.

Muchas veces he querido resumir la forma de afrontar una enfermedad, en tres aspectos que considero importantes:

  1. Espíritu de lucha
  2. Afán de superación
  3. Optimismo ante la adversidad

Para conseguir estos tres objetivos es necesario tener en cuenta algunos aspectos que considero importantes.

Muchas veces hemos tendido a simplificar estos aspectos con una pregunta muy sencilla: ¿Eres creyente?

En esta ocasión yo quiero ir por otros derroteros: Por un momento me voy a imaginar que no tengo fe.

¿Qué hago?...

Tengo claro que los tres valores que he puesto, serán de mucha utilidad para aceptar la enfermedad y sobrellevarla con garbo.

Ayuda mucho tener un buen apoyo donde agarrarse.

Me doy cuenta de que el dolor llevado un día y otro con optimismo y espíritu de lucha es de gran utilidad para mucha gente.

Creo que la lucha sin fe, será mucho más difícil, pero merece la pena preguntarse lo que hay que hacer para conseguirla.

Una vez una persona me dijo: “Siempre que hablas del dolor citas a Dios”. A lo que le respondí sin dudarlo:
“Realmente no he sido capaz en toda una vida vinculada al sufrimiento, encontrar un sentido al dolor sin nombrar a Dios…”.
Finalmente, termino mi argumentación diciéndole:
“Si tú no fueras creyente el trabajo sería doble, ya que habría que buscar a ese Dios en el que no crees, después encontrarle y finalmente no dejarle nunca”.
El título con el que he encabezado este artículo, lo he hecho sabiendo muy bien que el dolor no es fácil llevarlo en el día a día.  Puede parecer que esta  actividad es sencilla y que no aporta nada y sin embargo puede ayudar y ser útil para mucha gente.

Esto me ha recordado a una figura antigua que yo tengo muy presente: la del borrico de noria, que permitía regar todo un campo con un trabajo aparentemente inútil.