viernes, 18 de mayo de 2018

No avanzar es retroceder


En ocasiones he tenido que utilizar este argumento para justificar mi dolencia.

Realmente no me gusta, pero define muy bien mi situación como enfermo.

Llevo un mes de "baja” en mi casa. He descubierto lo mucho que me ayuda las continuas visitas que tengo y el apoyo que me transmiten.

¡Cuánto les necesito!.., ¡si ellos lo supieran…!

Hay personas que todavía me dicen que después de esta vida no hay nada, ¡qué lástima!

En situaciones como la que he pasado, me viene a la cabeza con frecuencia este aspecto y pienso lo mucho que nos espera después de esta vida.

Mi madre –la "secretaria de dirección", como se autodefine, con cierta gracia– me dice que he visitado a San Pedro un par de veces, pero… que todavía no era el momento

Ahora no me voy a fijar en el título, pero sí que debo vivir mi día a día con optimismo, aunque tenga ganas de tirar la toalla.

He dicho que no me voy a fijar en el título, pero quiero hacer hincapié en el origen de muchas de mis discusiones con otras personas: debo luchar a todas horas, sin desfallecer nunca.

Me encuentro un poco cansado de tanta lucha, pero quiero que todo el mundo tenga un recuerdo imborrable sobre mí, no se trata de presunción, sino más bien el deseo de que a ellos también les sirva para acercarse un poco más a Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario