“algunos al verme pueden pensar: este tío está bajo los efectos del alcohol”.Lo dice Álvaro, al principio del vídeo. Sorprende. Y, fundamentalmente, sobrecoge. Cualquiera diría que es un hombre que vive amargado por su vida. Pero no.
Para Álvaro, es absurdo huir del dolor y que el dolor es maravilloso, sabiéndolo llevar.
Álvaro estuvo enfermo. Digo “estuvo” porque Álvaro murió hace un tiempo. Unos amigos suyos le convencieron de que grabara un vídeo hablando de su experiencia: veían en él alguien de quien aprender. Pero el proyecto quedó truncado...
El testimonio de Álvaro respira optimismo, alegría, valentía.
Por eso, Álvaro termina diciendo que la muerte no es el final.
Gracias, Álvaro, por recordarme que la única explicación del sufrimiento es la esperanza del cielo.
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