miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Por qué Dios no mata al diablo?

El 31 de agosto el Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, mantuvo un encuentro en Colonia con unas 1.200 personas de Alemania, Bélgica y Holanda.

Un niño de ocho años estuvo levantando su mano durante unos minutos, hasta que consiguió hacerle una pregunta muy original:


La respuesta a este interrogante la he podido descubrir, en primer lugar, por todo lo que comenta el Prelado en el vídeo y también por una pregunta que me he hecho muchas veces: y ¿por qué ha permitido Dios que tenga esclerosis múltiple desde hace 23 años?

¿Por qué ha permitido que todos los clientes de la empresa que constituí con mi hermano Borja, tengan parálisis cerebral, autismo, distrofia muscular, etc.?

Realmente el sentido del dolor humano que descubro día a día en el trabajo, al igual que la existencia del diablo, creo que no tiene mayor explicación que la de luchar por conseguir el cielo. Pero, además, hay muchas veces que nos damos cuenta de que los enfermos pueden llegar a ser un gran regalo para la humanidad, y que la enfermedad propia (en mi caso) y/o la de los demás, nos ayuda a conocernos mejor como personas. Son, digamos, "sentidos humanos" al dolor. No obstante, al final siempre hay que recurrir a la trascendencia. Sólo con Dios he sabido encontrar esperanza en mi enfermedad.

También está el dolor provocado por nuestras elecciones libres. Tal y como decía también Mons. Echevarría: Dios ha creado al hombre con un don extraordinario, el de la libertad. Precisamente aquí radica la capacidad de escoger que tenemos los hombres: para el bien o para el mal.

Como me enseñaron mis padres, el bien es el camino por el cual se llega directamente al cielo.

Me gusta imaginarme ese cielo del que estamos hablando, como los mejores momentos que he pasado aquí en la tierra, pero sin esclerosis, ni silla de ruedas, ni  dolor y para siempre.

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