Una vez más nos recuerda algo grande: que el dolor, la enfermedad, o cualquier contrariedad, no son más que pequeños despertadores que nos advierten de algo importante: que después de esta vida nos espera el cielo.
Me he propuesto para este año 2014 hacer lo imposible para que muchas otras personas lo descubran.
¡¡Feliz Navidad y próspero año nuevo a todos los que de vez en cuando "pasáis" por este blog!!
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