sábado, 12 de diciembre de 2015

Y los fines de semana…


Ha ocurrido lo que me temía hace años, ya no puedo mover ninguna de las dos manos. Esto me ha hecho valorar todo lo que tengo y darme cuenta de lo que puedo hacer a partir de ahora.

Los sábados y domingos acostumbro a tener visitas, en mi casa, de familias al completo, estudiantes, universitarios… En ocasiones introduzco la conversación, especialmente cuando vienen estudiantes, preguntándoles si se consideran bien formados. Algunas veces asienten con la cabeza seguros de sí mismos y acostumbro a preguntarles:
“Entonces sabrás muy bien qué sentido tiene todo lo que me está pasando, por qué me ha tocado a mí y por qué Dios permite esto…"
Cuando alguien me dice que no cree en nada, añado:
“¡Fantástico! Estaba deseando saber qué sentido le da al sufrimiento una persona que no cree en nada como tú, cuando se encuentra el dolor en su vida”.
Estoy convencido que algo así les ayuda a reflexionar y plantearse el sentido del hombre en la tierra.

Sin esperar a que ellos me lo expliquen, les adelanto que para mí el cielo da respuesta a los interrogantes que nos hacemos cuando aparece el dolor en nuestras vidas.

Otras veces les comento que acostumbro a dormir mal y que de madrugada, cuando me despierto, ofrezco todos los dolores por las personas que van a venir ese día, sin saber quién será. Les digo:
“¡Debéis valer mucho porque las molestias han sido grandes!”
Si lo veo oportuno les ofrezco un ejemplar de El invitado imprevisto, lo que me permite dar continuidad a la visita, ya que les suelo decir que cuando lo lean, volvamos a vernos para que puedan darme su opinión. Sobre todo les insisto que sólo me quedan unos pocos ejemplares y que por lo tanto el libro no debe quedarse aparcado en un estante.

Ahora que el libro se ha traducido al chino y que próximamente se editará, estoy pidiendo a los hijos pequeños de mis amigos que me ayuden a rezar por los más de 1.360 millones de chinos.

Sé que la oración de los niños y los enfermos es muy querida por Jesús. Estoy convencido de que el libro será una forma de conseguir que muchas personas en China descubran a Jesús a través del dolor humano.

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