miércoles, 13 de febrero de 2013

¡Gracias, Benedicto XVI!



El pasado lunes pude escuchar en los medios de comunicación la renuncia de Benedicto XVI:
“Ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”
Rápido me vinieron a la memoria dos recuerdos:

Por un lado, la carta que me envió un colaborador suyo en verano de 2010, donde agradecía de parte del Papa el ejemplar de El invitado imprevisto que le hice llegar. En ella me decía textualmente:
“Su Santidad agradece esta sincera muestra de cercanía a su Persona y pide al Señor que le conceda abundantes gracias que le fortalezcan en su vida cristiana y en el espíritu de servicio en favor de las personas con discapacidad”
El otro recuerdo especialmente mágico fue el 20 de agosto de 2011 en la Jornada Mundial de la Juventud, cuando inesperadamente un chaparrón y un fuerte viento hacían peligrar el acto. Por unos momentos pareció que todo se venía abajo, fue entonces cuando el Papa dijo:
“Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”
Entiendo, como afectado de esclerosis múltiple que nunca podré renunciar a mi enfermedad, sin embargo admiro la sencillez que ha mostrado el Papa cuando, después de haberlo considerado en la presencia de Dios y con total libertad, ha visto que lo mejor para la Iglesia era presentar su renuncia.

Me uno a las palabras que el Prelado del Opus Dei ha escrito con motivo de esta decisión:
“La Iglesia siente hoy una especial necesidad de agradecer a Benedicto XVI su rico y fecundo Magisterio, y también su ejemplo humilde y generoso de servicio a la Iglesia y al mundo”.
Después de la audiencia de hoy –la primera de las últimas tres–, añado este vídeo que me ha gustado: el Santo Padre muestra su paz, su humildad, su bondad... y que se apoya –siempre– en nuestras oraciones:

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