martes, 8 de enero de 2013

La gasolina que mueve mi vida


Me gusta decir a mis amigos: “la gasolina mueve un coche, ¿Qué es lo que mueve tu vida?”

Desde pequeño y por la Fe que me habían inculcado mis padres, sabía que un día iba a ver a Dios y que para ello, Él me había señalado los Mandamientos y regalado los Sacramentos.

Me alegra que el Papa Benedicto XVI haya querido que este año 2012-13 sea un Año de la Fe, donde pueda preguntarme y recordar el sentido de mi esclerosis múltiple.

Así leo que el Papa dice que este año de la Fe
es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”. 
Inició el 11 de octubre de 2012 y terminará el 24 de noviembre de 2013. El 11 de octubre coinciden dos aniversarios: el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y el 20º de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. La clausura, el 24 de noviembre, será la solemnidad de Cristo Rey.

La Fe es la que me ilumina como cristiano, da sentido a mi enfermedad y a mi vocación a la Obra. La Fe me orienta en todas las circunstancias de mi vida y me ayuda a que quiera acercar a otras personas a Dios.

Me gusta comentar con mis amigos la siguiente fórmula:

Dolor + Dios = Alegría

Después les añado que yo no soy teólogo, pero coincido con los entendidos que el sufrimiento es un misterio.

Finalmente les animo a que prueben la fórmula ellos mismos, tanto en momentos de dolor como de salud y podrán ver el resultado.

Si veo que a pesar de todos mis intentos no entienden nada, me gusta recurrir a personas de nuestro tiempo y que para mi han sido una referencia, como la fe de la Madre Teresa de Calcuta, y del Papa Juan Pablo II.

Suelo preguntarles por el sentido que ellos dan al sufrimiento humano, como por ejemplo el de un familiar, de un amigo…

Nadie pone en duda que un día moriremos y que de una forma u otra el ser humano se encuentra con el sufrimiento, en cualquiera de sus modalidades; creo que este Año de la Fe es un buen momento para dar respuesta a estos interrogantes.

Con frecuencia les  pregunto a mis amigos:
la gasolina mueve un coche, ¿qué es lo que mueve tu vida cuando te encuentras con situaciones como la mía?…”
Personalmente el sufrimiento me ha acercado más a Dios y ha permitido que me de cuenta de la importancia que tiene la Fe. Esto me anima a transmitirla a mis amigos y seres queridos.

Me alienta ver la fuerza y el empuje del Papa Benedicto XVI, que está a punto de cumplir 86 años, y que nos está mostrando que la Fe es una ayuda inestimable para conseguir ese Cielo donde podremos encontrarnos con Dios cara a cara.

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