Alguno conocerá el vídeo que corrió como la pólvora por Internet: la participación del cantante Chris Medina en American Idol. Lo vi gracias a mi amigo Txeiks.
Chris no sólo nos da una bonita lección; esto lo hacen muchos… Pero este cantante vive lo que canta.
En el año 2009 se declaró a su novia Juliana, después de un noviazgo de 9 años.
Dos meses antes de casarse, Juliana sufrió un accidente automovilístico, que la dejó con una lesión cerebral grave.
Chris en esos momentos toma una decisión importante: se queda para siempre al lado de Juliana,
“¿qué clase de persona sería si no me hubiera quedado con ella cuando más me necesitaba?”.Esta es la reflexión que le guía en esta etapa de su vida.
Con su canción nos da a todos un gran testimonio.
Esta lección me ha recordado la entrada que en su día publiqué bajo el título “Capacidad de compromiso”.
Claramente el verdadero amor no es cuestión sólo de sentimientos, sino la suma de conocimiento + sentimiento (es decir, razón + corazón). Muchas veces (casi siempre), el amor es lucha: de lo contrario, sucede lo que tan a menudo ocurre hoy en día con las familias rotas y desestructuradas.
A menudo tenemos el problema del acostumbramiento y no valoramos realmente las cosas que tenemos hasta que las perdemos.
Chris nos enseña que el amor verdadero se forja en el día a día: hay quien vive lo que canta.
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