El "invitado" se llama esclerosis. Es imprevisto, porque no te lo esperas. Un buen día, está y ya no se va. Como si le gustara el lugar... o quisiera fastidiarte. Pero, ¿es posible ser feliz en esa situación? He aquí la experiencia de alguien que dice que sí. Es posible ser feliz en el dolor.
lunes, 13 de marzo de 2017
A todos nos llegará
Me doy cuenta de algo que es impepinable. El hombre va a menos con el paso del tiempo.
Conviene que la persona sepa cómo reaccionar ante una situación de estas características.
En una ocasión, una buena persona me dijo que siempre hablaba de Dios cuando me refería al dolor humano. Con el paso del tiempo he pensado repetidas veces en este comentario y considero que la razón de ser del dolor precisamente es para recordarnos que llegará un día que no existirá ni la silla de ruedas ni tan siquiera la duda de saber lo que habrá después.
¡Qué ganas tengo de que llegue ese momento!
Me quedo muy tranquilo, cuando sé por la fe que me transmitieron mis padres, que ese momento llegará un día y que debo ganármelo a pulso.
Ahora vamos a constituir una fundación que tendrá como objeto central a la persona con discapacidad y la tecnología de apoyo, entendiendo como tal los productos para mantener, mejorar o aumentar las capacidades funcionales de la persona.
Eso sí: teniendo siempre muy claro que esto se trata de una maratón, más que de una carrera de velocidad.
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