CartaVaticano
El "invitado" se llama esclerosis. Es imprevisto, porque no te lo esperas. Un buen día, está y ya no se va. Como si le gustara el lugar... o quisiera fastidiarte. Pero, ¿es posible ser feliz en esa situación? He aquí la experiencia de alguien que dice que sí. Es posible ser feliz en el dolor.
lunes, 23 de agosto de 2010
Desde el Vaticano...
Hace unas semanas escribí una carta al Santo Padre Benedicto XVI, con un ejemplar de El invitado imprevisto. Cuál no fue mi sorpresa cuando recibí, hace pocos días, una carta del Vaticano agradeciéndome mis palabras de parte del Papa... Es una alegría ver que los católicos tenemos a alguien al que de verdad nos podemos dirigir como padre...; porque lo es, y yo lo he notado con esta carta. ¡Gracias, Santo Padre!
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¡Qué bonito que el asesor para asuntos generales del Vaticano te haya respondido!
ResponderEliminarUn abrazo Joaquín,