miércoles, 12 de diciembre de 2012

La alegría de mi enfermedad

"Los enfermos sois un tesoro", me dijo el 17 de septiembre de 2004
Parece que fue ayer cuando un 17 de septiembre de 2004, pude estar de tertulia con el Prelado del Opus Dei en la escuela deportiva Brafa.

En aquella ocasión el Padre, que así le llamamos cariñosamente en el Opus Dei, nos pudo saludar justo antes de la tertulia a Aurelio, Xavi, Santi y a mí.

El pasado día 2 de diciembre tuve la ocasión de estar de nuevo con él y me ha permitido comprobar una vez más el cariño y las atenciones que tiene con los enfermos. Ese día Xavi y Aurelio no me pudieron acompañar, pero nos habrán seguido desde el cielo.

Esta vez la tertulia tenía lugar en el salón de actos de la UIC y podíamos estar unas 400 personas. Nada más entrar, mientras el Padre saludaba a las personas que le recibían, me vio y vino directamente hacia el lugar donde estaba.

Mientras empezaba la tertulia recordé las palabras que me dirigió en nuestro anterior encuentro: “en el Opus Dei los enfermos sois un tesoro, me apoyo mucho en tus  oraciones y ofrece las molestias por mis intenciones”.

La alegría tan grande que se respiraba en el ambiente me hizo olvidar por unos momentos mi condición de enfermo, realmente fue un momento mágico.

Las palabras que el Padre nos dirigió fueron una inyección de optimismo y me ayudaron a darme cuenta una vez más, que todo lo que se comentó era para mí un aliciente a seguir luchando, a pesar de mi esclerosis.

He podido comprobar que una enfermedad acompañada de Dios, no sólo resulta más llevadera, sino que se convierte –paradójicamente– en motivo de alegría.


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