jueves, 3 de enero de 2013

La lucha por la vida de Tito Vilanova

Hoy, Tito Vilanova ha vuelto al trabajo. El pasado domingo 16 de diciembre, en La Marató de TV3, cuyo tema de esta edición era el cáncer, Vilanova habló de su enfermedad. Durante las 15 horas que duró el programa, tuvimos la oportunidad de oír a múltiples testimonios, entre los cuales cabe destacar el del discreto entrenador del Barça. Nos explicó su lucha contra el cáncer de parótidas que le diagnosticaron en noviembre de 2011.

En esta entrevista que adjunto a continuación me llamó la atención una serie de valores muy positivos como:
en esta vida no hay nada lo suficientemente importante como para quitarnos la paz”, “pensar en positivo ante la enfermedad”; “centré todos mis esfuerzos en sacar una fuerza interior para salir adelante”; “vas por la calle y piensas, de toda la gente que hay… me ha tocado a mí”.


En otro momento comenta, refiriéndose a Pep Guardiola,
tienes a Pep al lado, gente que te valora, te aprecia, te quiere, que trabaja contigo”…
Tito se sabe rodeado de amigos, piensa en los suyos antes que en él y en  vez de hacerse la víctima, actúa buscando soluciones y busca ponerlas en práctica.

Poco después de La Marató, los medios nos sorprendieron con el titular: “el preparador culé ha sufrido una recaída en el cáncer que sufrió hace un año”.

Cuando algún ser querido o conocido pasa por una situación similar o, incluso, fallece, podemos tener respuestas más o menos acertadas para la situación: “te acompaño en el sentimiento, te doy mi más sentido pésame, lo siento”…

Sin embargo cuando la persona que tenemos delante se encuentra con una enfermedad como la de Tito, o con una enfermedad degenerativa como la esclerosis u otras enfermedades graves, no sabemos qué decirle.

Entiendo que en estas situaciones, al igual que en cualquier catástrofe natural, parece que las personas tenemos más presente a Dios, incluso cuando nunca antes le habíamos tratado.

Me he podido dar cuenta que la enfermedad en muchas ocasiones nos lleva a tener que encontrar un sentido a nuestra vida. Esto con frecuencia hace que piense en el fin último de mi vida: el Cielo.

En una ocasión, estando convaleciente en el hospital, un amigo me comentó algo que me caló hondo:
parte de la lucha por la vida es encontrar el sentido al sufrimiento humano”.

1 comentario:

  1. Un gran planteamiento ante un año que, para todos, será muy difícil.

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