En esta entrevista que adjunto a continuación me llamó la atención una serie de valores muy positivos como:
“en esta vida no hay nada lo suficientemente importante como para quitarnos la paz”, “pensar en positivo ante la enfermedad”; “centré todos mis esfuerzos en sacar una fuerza interior para salir adelante”; “vas por la calle y piensas, de toda la gente que hay… me ha tocado a mí”.
En otro momento comenta, refiriéndose a Pep Guardiola,
“tienes a Pep al lado, gente que te valora, te aprecia, te quiere, que trabaja contigo”…Tito se sabe rodeado de amigos, piensa en los suyos antes que en él y en vez de hacerse la víctima, actúa buscando soluciones y busca ponerlas en práctica.
Poco después de La Marató, los medios nos sorprendieron con el titular: “el preparador culé ha sufrido una recaída en el cáncer que sufrió hace un año”.
Cuando algún ser querido o conocido pasa por una situación similar o, incluso, fallece, podemos tener respuestas más o menos acertadas para la situación: “te acompaño en el sentimiento, te doy mi más sentido pésame, lo siento”…
Sin embargo cuando la persona que tenemos delante se encuentra con una enfermedad como la de Tito, o con una enfermedad degenerativa como la esclerosis u otras enfermedades graves, no sabemos qué decirle.
Entiendo que en estas situaciones, al igual que en cualquier catástrofe natural, parece que las personas tenemos más presente a Dios, incluso cuando nunca antes le habíamos tratado.
Me he podido dar cuenta que la enfermedad en muchas ocasiones nos lleva a tener que encontrar un sentido a nuestra vida. Esto con frecuencia hace que piense en el fin último de mi vida: el Cielo.
En una ocasión, estando convaleciente en el hospital, un amigo me comentó algo que me caló hondo:
“parte de la lucha por la vida es encontrar el sentido al sufrimiento humano”.
Un gran planteamiento ante un año que, para todos, será muy difícil.
ResponderEliminar