A través de una canción es más fácil expresar sentimientos. Definir la belleza puede costar mucho. Sin embargo, cantar sobre algo bello es mucho más sencillo.
Con una canción además puedo describir conceptos, cosas concretas y en paralelo transmitir afectos, sentimientos, situaciones de dolor o angustia. Creo que se trata de una forma completa de comunicación.
Ahora me viene a la cabeza, por ejemplo, la canción “Palabras” de Alejandro Leonelli. Es un bello ejercicio musical que partiendo del amor transmite más con la música que con la letra, especialmente conociendo su historia.
Es una canción que he puesto a más de una decena de personas, y no he encontrado a nadie a quien no le haya gustado: engancha.
Desde la infancia tenia clasificada la música que más me gustaba por cantantes. Pero me acabé cansando de todos ellos conforme pasaba el tiempo.
Luego descubrí otra manera de clasificar la música: por amigos. De esta manera, si he quedado con tal persona, por ejemplo durante el trayecto en autobús, escucharé la música que le gusta para tenerle en la cabeza.
La música puede ser una ocasión para reforzar lo que uno lleva dentro. Pero como cualquier manifestación artística requiere que haya alguien al otro lado que comparta el sentimiento que se desea expresar.
El artista no es nada sin el público, y por ello la verdadera obra artística es el diálogo entre ambos.
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