miércoles, 17 de abril de 2013

A propósito de unas conversaciones... sobre Dios


Para poder desplazarme con mi silla de ruedas en trayectos largos, habitualmente viene a buscarme un taxi adaptado.

No deja de sorprenderme lo directas que suelen ser nuestras conversaciones. Es fácil imaginarse que el taxista no me va a preguntar por el deporte que practico, ni tan siquiera por el último partido de fútbol que he jugado.

Precisamente el motivo de este vídeo, es uno de los temas que con más frecuencia solemos hablar, ya que el sentido del sufrimiento humano, que ellos ven a diario en sus clientes, no les deja indiferentes.

En alguna ocasión nada más subirme al coche, y después de preguntarme con cierto entusiasmo cómo estoy, acostumbro a prolongar mi respuesta, como si no les hubiera oído, y con el ánimo de introducir la conversación hacia temas de cierto calaje, les pregunto:
¿Realmente crees que después de esta vida hay otra?…
Y sigo la conversación:
Respecto a tu pregunta te voy a ser franco: si un día como hoy me quitaras la fe que me transmitieron mis padres, te pediría que me llevaras a la estación más próxima de metro, porque me tiraría con gusto cuando el tren pasara”.
Tengo muy claro que una cosa es identificarse con una película y otra ser el protagonista principal; en este sentido ser enfermo de esclerosis, me ha ayudado a darme cuenta que mi enfermedad, no ha sido cuestión de mala suerte, sino una ocasión para descubrir la necesidad de cimentar mi vida sobre unos pilares bien sólidos.

He encontrado en las verdades que el Credo profesa y que este vídeo recoge de forma tan dinámica, un asidero firme donde cogerme en los momentos en que mi enfermedad arrecia.

En cualquier caso el dolor es el mismo, pero la forma de llevarlo es totalmente diferente.

Creer en Dios significa implicarse, puede costar desde luego, pero es posible, porque vamos con Él.

1 comentario:

  1. Cuando el dolor propio o ajeno me supera, solo me queda agarrarme a aquella frase de Pedro , que tranformo un poco y hago mia como : " Señor, y sin Ti ¿A dónde iría ? ¿ Qué haría?

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